Comunidad siempre

Sentir que puedo despertar en comunidad y que la vocación la cuidamos entre todas, hablar con confianza y expresar que no todo esta bien, ver pasar los años y darnos cuenta de que todas de algún modo hemos crecido y ya no somos las mismas, eso es comunidad siempre.

Regresar a la comunidad de Manizales se ha convertido para mi proceso vocacional en un oasis de esperanza, cuando vuelvo recuerdo los inicios, los miedos y también me pone de frente a los años transcurridos y al presente que hoy me acompaña.

Reflexiones compartidas 2.

En el camino de compartir nuestro estilo de vida, de contagiar la alegría y de llamar con voz clara en nombre de Jesús y de la Congregación,  he descubierto que el sendero se hace más llevadero cuando es compartido, no se trata solo de dar, el sentido lo he encontrado en la energía positiva, los ojos brillantes, el diálogo sincero que nos han regalado nuestros queridos amigos HPM.

Cuanta esperanza compartida encontré en la oración fiel de nuestros profes, en el cuidado y esmero en los detalles preparados.

Cuanto nos enseñan...

Reflexiones compartidas.

 Frente al reto de ser vida con sentido, la pregunta fundamental es: ¿Qué da sentido a mi vida? o lo que es lo mismo, ¿Qué me hace feliz?

Nuestra vida tiene mucho de acción y equivalente a ello, necesita mucha oración, ambas consignas potencian lo que somos y nos permiten asumir la vida con semblante de esperanza.

Las personas suelen reconocer en nosotras mujeres capaces, profesionales, hermanas y amigas,  que de  un modo concreto desarrollamos una labor diaria en distintos ámbitos de la vida y de los colegios, este modo de percibirnos es exteriormente positivo e incluso agradable.

De modo más profundo, quizás más humano, detrás de una mujer que descubre su vocación, se genera sentidos de vida, tanto personal que se expresa en el buen hacer y estar,  como en el de muchos niños, jóvenes y familias que de forma imperceptible han concretado proyectos de vida, esperanza, aliento y apoyo.

Quizá la respuesta cambie en forma, pero,  el contenido es más o menos el mismo, soy feliz, tengo sentido de vida  porque un día   me topé con Jesús y descubrí que su amor, su entrega y fidelidad colman  todo mi  ser, desde entonces, dejé de lado el voluntarismo y decidí abrazar el regalo que me fue dado: Ser HPM con sentido de vida.

¡PORQUE MI VIDA TIENE SENTIDO CUANDO LA DAS!

¡Tu vida tiene sentido cuando la das!

La imagen que guió nuestros pasos durante todo el mes vocacional como comunidad, nos invitó a orar para  que nuestra vocación no se apague, sino que se transforme, y seamos capaces de contagiar la alegría, siendo alternativa,  propuesta de una vida de seguimiento, de entrega, pero sobre todo de: AMOR.

Las personas que nos han acompañado durante todo el mes nos han regalado su tiempo, sus sueños y perspectivas de la vida y de la fe.

Agradezco a Dios por cada uno de ellos, por sus carismas,  dones y especialmente por su ser y estar incondicionalmente.

Gracias a Lucila, Herman, Martín, P.Luis, Joani, María Eugenia y familia.

Son maravillosos y valientes cada uno en su misión.

Agosto, mes vocacional en Manizales, Colombia.

 Iniciamos el mes vocacional HPM bajo el lema "Tú vida tiene sentido cuando la das"

Desde hace algunos años, durante el mes de agosto la comunidad de Hijas del Patrocinio de María comparten y acompañan su vida con jóvenes de Manizales, con el deseo de guiar a las jóvenes de una forma profunda y comprometida a encontrar su sentido de vida, ayudándoles a escuchar la voz de Dios que se manifiesta en aquello que van viviendo cada día.

El lema que anima este año nuestro mes vocacional es “Tu vida tiene sentido cuando la das,” con la idea de contagiar la alegría que recibimos de Dios en el servicio educativo  y proponer nuestro estilo de vida como una alternativa posible de entrega y Amor.

Queremos compartir como comunidad el regalo amoroso que hemos recibido de nuestra vocación e invitar a todos y a todas que se unan con oraciones. Dispongamos el corazón trayendo a la memoria la historia de muchos hombres y mujeres que, siguiendo a Jesús, conocen y dan la vida entre nosotros y nos acompañamos como familia de las Hijas del Patrocinio de María.

Que el Señor anime este mes vocacional porque nuestra vida tiene sentido cuando la damos.

¿Cómo preparar las maletas.?

 En estos días en los que preparo  maletas para ir a otra comunidad, pasan por mi mente muchas opciones de estar, puedo simplemente conformarme con los días que pasan en amistoso silencio, compañía y la necesaria soledad, puedo también rememorar el sentido de agradecimiento por un año de vida y  fraternidad, puedo permitirme extrañar, puedo soltar, a veces con dolor, deseando la indiferencia, pero siendo humana y asumiendo que los cambios son difíciles, que las gavillas se llevan llorando, que el cantar es cuestión de camino y que la vida cada día es nueva y diferente.

Quiero siempre recordar los abrazos que me recibieron, los consejos que me guiaron y la fraternidad que me arropo en el sentido más libre que he podido recibir.

Gracias a mis hermanas de Baena por este curso 21-22.

 

La chispa que arde y que cose mi pan.

El verano está aquí, lo siente mi corazón, ilumina con dulzura las buenas historias de la Madre Paulina sobre su niñez en Lucena y las muchas casas que ha recorrido durante su vida por dos y hasta tres veces, es fácil imaginarse aquella joven con nuestra edad sirviendo al Señor con alegría, afrontando la realidad de su tiempo y construyendo en fidelidad lo que hoy somos y es.

Me gusta escucharla hablar, tiene un tono de voz suave y en cada recuerdo hay emoción y la ilusión de una vida bien vivida, que como dice el  refrán guarda para la vejez, pasar estos días en su compañía hizo que valorará el sentido de hacer las cosas, los porque. Cuando escuchaba sus opciones por cuidar, por rendir el pan, por estar presente y seguir haciendo en la medida de sus posibilidades era inevitable admirar los años y la vitalidad que traspasa edad y da sentido real al Evangelio.

En casa, estaban a partir de las siete, dos hermanas más, Conchi y Araceli,  un pan de Dios las dos, y como la historia y valor del pan, siempre, hasta las migajas es útil para empanar, en estos quince días ellas empanaron la soledad de mi corazón, fueron como pan partido y repartido que al final del día me hacia consciente de la realidad de entregar toda una vida y que ese  para siempre, sea sin cómo y sí,  con muchos porque.

 Esta experiencia es bonita porque es compartida, vivida y sentida con ellas y con Gabi, mi hermana, cuando releo estos días como equipo se llena mi corazón de gozo  y agradecimiento porque por gracia de Dios hemos estado a una como la frase de Maricarmen Blanco, uno más uno es uno, un uno que se fue consolidando en el dialogo, la flexibilidad de una y de la otra, el aprender a callar y escuchar, el buscar el bien común antes que el propio y sobretodo el sentirnos responsables de cuidar, cuidarnos y hacer de Dios los días.

Bueno, debo de terminar aterrizando los panes y recordarme,  más allá de la alegría que permanece, siempre en cada experiencia hay  conejos que se queman, olvidos, disgustos, desacuerdos… Al final de estos días vuelvo con un plus más, y un deseo de mantener viva la chispa que arde y que cose mi pan para que en el tiempo pueda ser tan útil como aquel que recibí estos días.