domingo, 6 de mayo de 2018

Testimonio.




Los días 3 y 4 de mayo he tenido la gran oportunidad de compartir mi testimonio vocacional con los jóvenes de primero a  cuarto  de la ESO del colegio Patrocinio de María, fueron dos días de recordar con entusiasmo y alegría el paso de Dios por los veinte años que tengo de vida.


Al entrar en cada clase  la curiosidad y alegría por librarles de una hora académica  anunciaban un ambiente respetuoso y al mismo tiempo  participativo  por parte de los chicos/as.  La manera más sencilla para mí y creo que también para ellos fue empezar construyendo entre todos un concepto espontáneo de lo que es vocación, una vez construido empecé a relatarles mi vida desde mi país de origen ¡Colombia!, mi familia, mis gustos, estudios, amigo, sueños y  los pasos que ido dando para descubrir mi vocación.
Me he valido de una presentación en prezi con una serie de diapositivas que más parecían un álbum de fotos que una formal presentación y eso tuvo atraídos los ojos curiosos de mis jóvenes oyentes, en ella no solo plasmé mi historia personal, sino el porqué ser Hija del Patrocinio de María desde nuestro Ser (oración, sencillez y buen ejemplo) y  Hacer (Liberación integral de la Mujer, educación cristiana de la niñez y juventud, opción preferencial por los pobres, comprensión maternal de las miserias humanas y fraternal acogida) y finalmente la pregunta central :
¿Cuál sientes que es la vocación a la que Dios te ha llamado?
Para  interiorizar  la historia personal de cada uno, di un circulo amarillo para que en el representaran (modelo emoticón)  la vocación que creen y sienten, que es a la que el Señor los llama. Tengo que decir con admiración que  la mayoría se esmeró en su  emoticón y que en él plasmaron cosas interesantísimas, algunos se dieron  cuenta de sus inseguridades y otros lo tenían claro. Al concluir la actividad personal los que quisieron compartieron  y lo colocaron  en  un móvil grande que estaba abierto en el whasapp de las Hijas del Patrocinio. Se marcó como recibido y visto y la respuesta que recibieron los jóvenes fue  pensada desde una hermosa canción que nos acompañó en el rato de reflexión:
“Nadie te Ama como Yo”
Terminé  mi intervención  con el propósito de que les quedara como aprendizaje   que si la vida tiene  obstáculos, dificultades y sueños grises, siempre deben  recordar  el Amor Infinito de Dios.

1 comentario:

  1. Hace unos días que no miraba tu blog... ¡Qué sorpresa!
    Me alegro que disfrutes compartiendo tus experiencas.
    Un abrazo

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Llamadas a ser felices.