viernes, 8 de septiembre de 2023

Sor Pilar...

Lo mismo sentada o de pie; sube y baja con un libro en las manos, lo más curioso del asunto es: que ve poco, escucha poco, pero, por fortuna habla mucho y con mucha propiedad y fundamento, tanto del pasado como del presente y vive volcada al futuro.
Es una mujer muy inteligente e integra, cumplidora de sus responsabilidades y con un optimismo y creatividad insuperables.
Ella es, detallista al máximo, podría decir, que no se le escapa ni una, todo lo lleva para adelante en el buen sentido de la palabra.
Es una mezcla de tradición, cultura, familiaridad y pertenecía apasionada.
Ama con todo su ser a la Virgen de la Piedad, cuyo amor cultivo desde su infancia y sigue regando día a día con el rezo del  rosario y la plena seguridad de sentirse bajo su protección como  hija.
Es la encargada de poner el comedor y lo hace con cariño y buen gusto, en fiestas tiene detalles con las servilletas y con la forma de poner cada plato y cubierto.
Siempre, siempre tiene algo que hacer, su día es completó porque ella pone corazón y energía a todo lo que hace y descansa para seguir.
Tiene una pequeña lupa amarilla que es para ella,  como un apéndice que le permite leer, reconocer y ver todo con mayor claridad.
Pierde la lupa o cualquier otra cosa y la busca hasta encontrarla, con esmero, sin importar si hay que sacar, agacharse...
De Sor Pilar Lucena podría escribir largamente, sin irme muy lejos quiero resaltar lo que sé por oídas y es que fue una maestra estupenda, cosa que no dudo y que refleja con sus 90 años.
Pilar es un ejemplo de vida vivida hoy.
Personalmente,  es un puente intergeneracional que me motiva y me ilusiona.
Estoy agradecida con Dios y con la Virgen de poder compartir la comunidad con la hermana Pilar.

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