lunes, 11 de marzo de 2019

Taller de oración personal



Este fin de semana he participado en el taller de oración personal que convoco la escuela del noviciado, estaba dirigido por la hermana Remedios del Santo Ángel, hemos estado 28 postulantes y novicias, es un hecho, que ha sido un grupo variado en edad, procedencia, Congregación y experiencia de oración.

En estos dos días hemos podido expresar nuestras dificultades y dudas y hemos aclarado varias, entre ellas que las dificultades tienen solución, que algunas tiene que ver con la forma en que iniciamos, la postura o el método que utilizamos y otras están más conectadas con nuestro momento vital. Hay dificultades afectivas, de la conciencia y de las circunstancias que podemos expresar a Dios con total confianza, pero es importante sacarlas fuera del espacio de la oración para trabajarlas en compañía de nuestra formadora o quien nos guié. En el trascurso del taller hemos vivido momentos de contemplación a la creación, a la mirada de Jesús y vivirnos como criaturas creadas por Dios, también hemos hecho meditación del pasaje de Lc 5 de los pescadores que se trasforman en pescadores de hombres por el encuentro con el Señor y con el salmo 42 que dirige un hombre a Dios con intensión de recuperar fuerzas. En la tarde del sábado hemos danzado por la misericordia y el perdón y en alabanza y adoración, subrayo que este tipo de oración que no necesita palabras, no conoce límites y te da espacio para entrar en lo profundo y entregar todas tus peticiones, dar gracias a Dios y sentirte libre ante quien da fundamento a tu vida, es sencilla, fácil de aprender, no exige grandes desplazamientos, a veces ni siquiera nos movemos de nuestro sitio y parece que nos ayuda a sentir la unión y a expresar la alegría del encuentro con Jesús. En las noches terminábamos en la capilla, entregando al Señor nuestro día, comenzando por lo más cercano hasta lo más lejano, dando gracias por todas las personas que durante el día se cruzaron en nuestro camino, reconociendo donde no hemos actuado como Jesús y pidiendo fuerzas para comenzar al día siguiente en su nombre. Yo pude reconocer mi papel en la misión, reflexione sobre todas mis acciones cotidianas que influyen en niños, familias, hermanas, compañeros y que a veces no haga bien y no entrego todo lo que puedo dar. El fin de semana que paso me deja muchas sensaciones interiores, pero la que prevalece en mí con más intensidad es la esperanza, espero que Dios me guié, que me sostenga y que me fortalezca. Concluyo con palabras casi textuales de una de las exposiciones de la hermana Remedios y es: "que la oración es fundamental para educar la sensibilidad, para encontrar a Dios dentro y fuera de la oración, porque la oración tiene un espacio y un tiempo, pero la experiencia de Dios se puede vivir en el momento que se tenga abierto el corazón." Estoy convencida de que compartimos la experiencia de Encontrarle muchas veces en la sonrisa de un niño, en una hermana que comparte su vida y aspiraciones contigo, en un recreo comunitario, en el metro, en la calle, en la salida del colegio, en un mensaje familiar, en una amiga… Dios siempre está.

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Repaso, reinicio, ilusión