Este domingo
que paso salimos de casa en el coche a las 8 y 30 de la mañana, nos dirigimos a
257 km de
distancia de Madrid en dirección norte, por el camino nos paramos a desayunar
en la autovía de Segovia, nos tomamos un
buen café con tostada y continuamos el
recorrido hasta Palencia, allí llegamos sobre las 12 para participar en la misa en la catedral de
San Antolín.
Al
salir de la eucaristía recorrimos los alrededores de la catedral que estaba en restauración
y pudimos contemplar la belleza de sus entradas de “estilo gótico y elementos
anteriores, de época visigoda y románica. Esta catedral comenzó su construcción
en el siglo XIV,
siendo la única gran catedral castellana iniciada en esa centuria”.
También admiramos algunas calles de Palencia, una
escultura urbana en honor al maestro que se encuentra en pleno casco histórico de
Palencia, en la plaza de la Inmaculada, enfrente de una de las portadas de la
Catedral, eran dos estatuas de bronce, un
maestro, que aparece sentado con un libro abierto en sus manos, en actitud de
estar leyéndoselo a una niña, que se encuentra sentada en el suelo escuchando
con atención. “ La escultura fue realizada por Rafael Cordero en el 2003”. También paseamos por el puente que divisa el rio Carrión que es afluente del río Pisuerga,
que a su vez fluye por la margen derecha del río Duero.
De
ahí, nos dirigimos en dirección a Valladolid a 50, 8 km de distancia, allí almorzamos frente a la catedral de
Nuestra Señora de la Asunción, el menú: carne y tortilla de bacalao y en la calle sonaba a carnaval, música y alegría.
Un
paseo por los alrededores de la catedral, vimos la plaza mayor y la plaza de la fuente dorada y curiosamente allí “una fuente con esculturas y en la superficie del fondo de las esculturas tenia inscripciones con los nombres de los antiguos
gremios vallisoletanos: alfareros, lavanderas, aguadoras, lanceros, plateros...”
Al
llegar la tarde, tomamos camino de regreso
a Madrid y paramos en Olmedo, entramos hasta la sede del ayuntamiento, allí está la iglesia dedicada a San Pedro y
San Julián, cerca una pastelería en la que compramos unos dulces muy buenos y
de allí hasta casa.
En
conclusión de este domingo, siento que
fue un día muy agradable, donde compartimos
en comunidad, disfrutamos del aire, de los almendros en flor, de las calles, de
la comida y de las risas que nos daban al ver puertas cerradas de museos, en
fin, fue un día de salir y convivir como hermanas.
Algunas trascripciones
tomadas de:
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