Convivencia de novicios.
Crecimiento personal y maduración
vocacional, así fue el titulo de la convivencia a la que asistí
este fin de semana en la escuela Regina Apostolorum, María del Carmen, es el
nombre de la religiosa Carmelita de la Caridad Vedruna que nos guió durante
toda la convivencia, estábamos reunidos cuarenta novicios de diferentes
Congregaciones, edades y nacionalidades, toda una diversidad de experiencias y
motivos de seguimiento al único Amor verdadero que nos une como hermanos.
Empezamos el viernes en la tarde con la presentación de nuestro nombre y una pregunta que abrió paso
al camino, ¿Qué hacia un novicio antes de elegir la vida religiosa?, una cuestión
que nos recordó que no nacimos siendo novicios y que Dios llama en diferentes
horas del día, las respuestas fueron variadas, algunos esperaban en casa, otros
estudiaban en la universidad, unos trabajaban profesionalmente y otros de
manera informal, el caso, es que los
novicios recibimos la llamada en lo cotidiano y por ello nuestro llamado es a
vivir la vida cotidiana en seguimiento a Jesús comprometidos con el Reino y con
el prójimo.
El sábado la temática giro en torno a la maduración como
un proceso sin techo que requiere de mi parte, de mi esfuerzo y de mi trabajo
sin meta, pero, con la alegría de vivir el camino.
La pauta de María
del Carmen fue sencilla, “lo importante de todo lo que os pueda decir esta en cada uno determinarlo” y para ello tomamos nota de aquello que encendía el corazón, conceptos nos dio muchos, ejemplos
de la vida más, pero al final tenía razón, a mi me tocaron cosas que según mi
experiencia de vida me ubicaron y me hicieron enterar en que parte del camino
voy y me dieron la seguridad de que es
posible mejorar, y avanzar.
Me quedo con estas frases textuales:
“Soy persona, criatura con limites y no siempre
acierto”, “El otro también”
“Es importante enterarme dónde estoy”
“Hablar en primera persona me hace más dueña de lo
que digo”
“Un proceso de maduración y crecimiento requiere de
mi intensión y mi trabajo”
“Todo lo que he podido hacer hasta ahora no lo he
hecho sola”
“Sentir el miedo es necesario para salvar la vida”
“Atrevernos a soñar, a vivir aventuras, a dar paso a
paso mas allá de lo rutinario”
“La vida es un continuo atreverse a soñar, a
arriesgarse”, “Siempre hay una aventura nueva que vivir”.
El domingo termine con un semblante recargado de
sentido, que bien me sentí al comunicar y ver que hay muchos otros que comparten
experiencias interiores similares, fue una oportunidad muy enriquecedora porque
me permitió refrescarme, hacerme cercana
y alumbrar el camino que voy comenzando.
El trabajo con el grupo fue dinámico, tuve la oportunidad de medir mi madurez, de compartir con otros mi opinión, de equivocarme y hasta
de reírme de mi misma.
Me alegro de la convivencia que reunió a las novicias y novicios para profundizar en vuestra maduración.
ResponderEliminarVivir en Madrid es una suerte porque hay muchas posibilidades para todo.