Ayer tuve la
oportunidad de viajar en compañía de niños y jóvenes de distintos cursos del
colegio del Patrocinio de María para asistir a La clausura del Certamen de fotografía del P. Cosme, a las siete de la mañana inició nuestro viaje en autobús desde Madrid, en el
trascurso y sin amanecer comenzó el entusiasmo
de los que viajaban, ellos iban ensayando
los cantos que presentarían al finalizar la entrega de premios en representación del
colegio del Patrocinio.
A las doce y cuarto llegamos
a la parada del autobús que está al lado
del puente, descargamos los tubos, la tela, las mochilas, los folletos y
hasta el serrucho que llevamos por si nos hacía falta, quince minutos después, llegamos al colegio de la Piedad.
Los muchachos del
Colegio del Patrocinio y los de la Natividad iniciaron un ensayo final, luego
salieron a comer el bocadillo hasta las cuatro que regresaron a prepararse. Mientras
tanto, las hermanas que habían preparado la invitación en la mañana, pusieron las mesas, la comida, la iglesia y
cada detalle para que a las 5: 30 todos los invitados, premiados y participantes
pudieran disfrutar del vigésimo tercero Certamen P. Cosme, el primero de fotografía
y con esencia de Centenario.
Retomando la llegada, quiero volver a la
entrada del Colegio de la Piedad, nada más
llegar, pude contemplar las fotografías premiadas
y finalistas del certamen ubicadas en los cristales que forman un cuadrado y
que le dan un aire de elegancia. Allí vi con orgullo y admiración las diversas
maneras de ver y percibir el mundo, de identificar nuestra realidad, nuestro centenario,
nuestros pasos y todo lo que hacemos en una imagen; algunos trabajos estaban
adaptados en luz y color, otros estaban tal cual fueron tomados, muchos eran alegrías
de verano, de familia, niños de nuestros colegios… tener la oportunidad de
mirar y sentir que formo parte de esa
realidad ha sido muy significativo para mí, porque en el mundo en el que vivimos todo
entra por los ojos, esto de conservar recuerdos de papel no parece fácil y normal, y pensaba, que esas imágenes son un tesoro
por lo que son, recuerdos y símbolos de todas las gracias que hemos recibido
como Congregación.
A las 5: 30 comenzó la entrega de premios, la presentación
estuvo a cargo del profesor Juan Carlos del
colegio San José de Vélez-Málaga, en su introducción recordó la celebración de los cuatrocientos años de fundación
del P. Cosme y resaltó la visualización de lo que nos ha precedido.
Posteriormente, Sor
Antonia nos dirigió unas palabras para comenzar; la imagen que acompaño su discurso
fue una composición de las obras apostólicas traspasadas por la palabra
Hogares, su elección se debió a que es así como mejor se representa la Congregación, también, retomó las palabras que José Miguel el
profesor de Baena expresó en el encuentro mariano, y es que somos jardineras de esta
obra de Amor.
Los premios fueron entregados por categorías, infantil,
juvenil y adultos, los doce ganadores tuvieron la oportunidad de
compartirnos lo que quisieron captar con sus fotografías, las cosas normales de la vida, de la familia,
de los amigos y los deseos por un mundo
mejor son validos y pertenecen a nuestro ser.
Al terminar los Colegios de Madrid nos ofrecieron una gala
inolvidable, el colegio de La Natividad nos brindó una mirada orgullosa y
cercana de la ciudad de Madrid, en sus ta-ta-ra-ta-ra… abuelos están figuras
ilustres en academia, en obras y en lucha como: Lope de Vega, San Isidro, Carlos III, Manuela
Malasaña, Miguel de Cervantes y otros, en su presentación mencionaban algo muy
bonito y es la diversidad de pieles que acoge esta ciudad, en los niños que representaron
se podía ver, rasgos chicos, latinos y españoles; se percibía como Madrid y en concreto nuestros colegios acogen, crean juntos y conviven en la capital con la diversidad. El colegio del Patrocinio, preparó una resumida historia de
nuestra Congregación, iniciada ya hace cuatrocientos años, representada en
sombras y en medio bailes con canciones conocidas adaptadas para la ocasión, en
cada escena se podía ver actualizada nuestra identidad, fueron ellos, el P.
Cosme y el P. Luis, unos innovadores, ellos le devolvieron la dignidad a las
mujeres de su tiempo y las niñas y mujeres de hoy lo personificamos, lo
sentimos y lo cantamos fuerte y valientemente como esas niñas y niños que sin
palabras nos trasportaron a los inicios.
Son muchos los momentos y alegrias que compartimos, pero, decidí
escribirlo para no olvidarlo, para compartirlo con las que no han asistido,
para recordar que Sor Carmen Velasco fue enterrada ese mismo día y recordar que
ella fue la primera en ponerse la camiseta del centenario, que ella nos alegró y fue una
Hija del Patrocinio de María de este tiempo.