lunes, 11 de febrero de 2019

Para Amar, hay que conocer...




Los días 9 y 10 de febrero  nuestra Congregación nos ofreció un espacio para la lectura y reflexión de la primera parte de nuestras constituciones renovadas siguiendo las directrices del Concilio Vaticano II aprobadas ya hace 25 años, la ponencia estuvo a cargo  el P. Eleuterio López, bajo el título de “Nuestras constituciones, un camino de evangelio”.
Como referencia para los dos días el P. Eleuterio nos ofreció un panorama dividido en tres partes:
Primero destacó en 17 puntos los rasgos humanos de las Hijas del Patrocinio de María, constatados o inculcados en las Constituciones y son los siguientes:
·         Sencillez
·         Plenitud humana
·         Generosidad en el trabajo
·         Alegría en el trabajo
·         Uso moderado de medios que favorezcan la salud del alma y del cuerpo.
·         Fraterna acogida a todos
·         Comprensión maternal de las miserias (Limitaciones) humanas.
·         Liberación integral de la mujer (la primera liberada la Hija del Patrocinio de María).
·         Madurez humana
·         Capacidad de dialogo
·         Entendimiento
·         Cultivo de la voluntad
·         Formación humana
·         Coherente unidad armónica de contemplación y acción
·         Integración progresiva en la vida y responsabilidad de la Congregación
·         Libertad
·         Actitud activa
Segundo,  desde una perspectiva general enumeró también los elementos troncales de las constituciones en 7 puntos:
·         Dimensión Cristológica
·         Referencia ” estratégica”  a María
·         Consagración total a Dios
·         Unión de ser y misión.
·         Dimensión eclesial
·         Sentido comunitario y actuar de las Hijas del Patrocinio de María.
·         Presencia cercana, sencilla y pobre.
Tercero, desarrolló la  naturaleza  y  fin de la Congregación y   la parte primera de las constituciones titulada “Vida religiosa y apostolado de la Congregación” siguiendo en la mayoría de los casos los elementos troncales:
A modo de resumen de los apuntes de las charlas quiero compartir lo que desde mi reflexión personal destacó.
La castidad consagrada es un don, es una señal de Amor a Dios y a los hermanos, no nos hacemos duras y sin expresión de nuestros afectos porque  la castidad consagrada  se convertiría en puro ascetismo sin sentido. Implica estimular el valor del matrimonio como una vocación en sí misma. Recibiendo el don de la castidad me compromete a vivir intensa y universalmente el Amor.
La castidad crea en nosotras un ambiente de libertad abierta al actuar de Dios y de generosidad para la donación sencilla y alegre a todos desde Cristo.
La Pobreza Consagrada  está motivada por el Amor a Dios y a los hermanos, viviendo el desprendimiento disfrutaremos de una verdadera libertad interior que nos hace más disponibles para Dios y sus intereses. Se expresa en el cumplimiento del  trabajo realizado con alegría y generosidad para atender las propias necesidades, las de los pobres y las del apostolado.
“Para tenerlo todo sobrado contestarse con poco”
El reto es personal, está en mi  no acomodarme, también el desprenderme de mis propias ideas y prejuicios y entregarme toda con disponibilidad y sencillez.
La obediencia Consagrada es un acto completo de la propia libertad por la que hacemos la donación  de nosotras mismas, es necesario renovar cuanto más ejerzamos nuestra responsabilidad.
Me pide tomar parte activa y responsable en la implantación del Reino en mí, en mi comunidad y en el mundo, implicándome con todo lo que soy desde la alegría  y la sencillez.
“Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad” son las Palabras que deben motivar el ejercicio de la voluntad entregada.
Tomar conciencia de lo importantes que son las mediaciones, en mi caso mi formadora, mi comunidad y  las Constituciones, es una tarea que tengo y que deseo alimentar desde mi apertura progresiva y la aceptación y cambio de mentalidad.
Me quedan en la mente muchas cosas por trabajar, pero,  también el entusiasmo de que no voy sola, tengo una comunidad de la cual formo parte, en ella no solo aprendó y me voy formando para un día llegar a ser Consagrada, sino,  también en ella voy  descubriendo la belleza de este estilo de vida, voy recibiendo, voy ampliando mis perspectivas, voy enfrentando mis miedos, y voy entendiendo  que puedo y tengo mucho para dar, que mi presencia puede ser diferente, puede ser más alegre, más abierta y más segura porque repitiendo las palabras de mi hermana de comunidad sor Antonia “ nosotras nos tenemos a nostras” y no hay palabras más motivadoras que esas, o por lo menos es lo que hoy me creo.

Repaso, reinicio, ilusión