jueves, 8 de marzo de 2018

"Yo paro, para escribir."


Que las vea Señor.

Salir a la calle, dar pasos al frente y pasar por la vida parece normal,  ya nos hemos acostumbrado,  suena bien…  ¿he olvidado mirar a los lados?, he olvidado mirar a  ella, sí, a ella, a la que cobra mi compra en el supermercado, a la que me atiende en el banco, a la que le da clase a mis hijos, a la que limpia el colegio, a la secretaria, a la guardia civil que vela por mi seguridad, a la política que visibiliza nuestro genero,  parece que me olvidado, como  los ciegos del camino hemos perdido de vista el camino, y como ellos,  tendremos que pedir un milagro para verlas.

Parece…

  Hoy, salir a la calle y reconocerme diferente frente a  los hombres, pero igual en derechos  y responsabilidades, parece un sacrificio;  ser mujer capaz, viva, libre alegre y decidida parece un reto, ser mujer parece que  no  es una realidad, y digo parece en sentido de la inferioridad que supone y de la desigualdad que se percibe.

HOY TENGO MÀS PRESENTE.

Recuerdo y tengo presente a las millones de mujeres que anónimas han perdido la vida solo por ser mujeres, han sufrido la violencia de género, desigualdad salarial y el estigma de ser quienes son.

Soy novicia y lo configuro con mi familia congregacional.

 Desde mi  ser de novicia y hermana de Congregación,  rescato con una sonrisa en la cara que desde nuestras raíces, los venerables padres  Cosme y Luis pensaron y reflexionaron seria y comprometidamente en la realidad de la mujer en su contexto. Son cuatrocientos años los que nos anteceden con el vivo carisma de la educación integral,  en ellas y también en ellos, por supuesto,  porque el legado más importante, con el que me identifico y el que me hace decir cada día sí, es precisamente, el reconociendo de la mujer en el contexto de igualdad.
Hoy desde la oración he ido reflexionando  con las palabras del P. Luis “habiendo tantos medios para la instrucción de los varones, tantas escuelas, colegios y universidades, apenas haya una escuela para la enseñanza de las mujeres, cuyas almas habían costado a Jesucristo la misma sangre que la de los hombres”y me cuestiona ¿cómo lo estoy  sintiendo?, ¿cómo lo trasmito?  Y ¿cómo lo  siento?, me interpela y me pone de pie con ojos dispuestos a mirar a los lados.
 Nuestro carisma hoy tiene la esencia de estas tres líneas y el corazón de cada una de las hermanas que lo hacen vivo y trasformador.
Feliz día de la mujer a todas mis hermanas, de corazón, agradezco a Dios  por su presencia, por su trabajo en España, Venezuela y Colombia, por ser mujeres HPM.
Un Abrazo.

lunes, 5 de marzo de 2018

Voluntariado.


 Lo que más me  gusta.
Este es mi segundo año como monitora del campamento de las Hijas del Patrocinio de Marìa, lo que más me gusta de participar en esta actividad es el contacto que se tiene con los jóvenes monitores, los niños que esperan con ilusión el verano, las personas del pueblo que nos conocen y nos apoyan y las hermanas que nos abren sus puertas año tras año.

Nos  preparamos… y somos diferentes.

Tres días hemos compartido monitores guiados por el equipo directivo del campamento, hemos  hecho de todo…decoración, nos hemos unido en oración, hemos reído, cantado, bailado, comido, dormido y despertado juntos. Porque ser monitor Hpm es más que acompañar niños en verano, es poner a Cristo como centro y guía y andar de la Mano de Nuestra Madre María seguros de que estamos para servir.

Y el grupo…

Este año hay monitores antiguos y nuevos lo que nos permite enriquecernos con la experiencia y la novedad, estoy segura de que en la “niña” de Helena hay grande ideas y en Laura G hay dinámica para rato... es un grupo diverso y grande de corazón.
Es  maravilloso ver soñar, crear y disfrutar haciéndolo, porque son sus días los que regalan, elijen pasar con nosotros y con los niños y están dispuestos a convivir, y a creer que a partir  de entrar por la puerta el primer día, ya no seremos  del siglo XXI, viajamos a la edad media para hacernos pequeños, tal cual nos quiere nuestro Rey.
Las hermanas  y  laicos.

Andreina, Vivi, Yolanda y Maricarmen son cuatro hermanas jóvenes que nos guían con cariño y nos forman en confianza, emociones, hermandad y oración. Son las que van soñando cada año  con ilusión de niño y corazón creyente de que el campamento es un espacio creado para brindar Amor, sonrisas, aceptación, esperanza y sobre todo dar a conocer el Reino.
 Es la buena noticia la que los niños quieren escuchar, es la Palabra nuestra arma y corazones contritos nuestro motor.
Josemi, Ángela, Manolo son tres laicos que hacen parte del equipo directivo y que desde sus dones nos hacen ser un campa único. El campamento HPM diseña sus propios logos, recrea todo de acuerdo a la temática, sigue un hilo conductor, canta sus propios himnos y crea familia.
Sé que se me escapan cantidad de cosas del campamento  y de todos los que lo hacen posible,  pero,  también sé que  él importante   sabe todo y ve con buenos ojos nuestros proyectos.

¡Muchas gracias por este fin de semana!




Repaso, reinicio, ilusión